¿Qué es la Taxonomía verde de la UE?
La Taxonomía de la UE es un sistema de clasificación complejo y en constante evolución que define qué actividades económicas se consideran sostenibles.
Su objetivo principal es proporcionar a empresas, inversores y responsables políticos una herramienta común para identificar y promover actividades que contribuyan significativamente a los objetivos medioambientales de la UE.
Objetivos de la Taxonomía de la UE
La Taxonomía de la UE persigue los siguientes objetivos:
- Movilizar la inversión: atraer inversión pública y privada hacia actividades económicas sostenibles.
- Aumentar la transparencia: proporcionar a las empresas e inversores un lenguaje común para comunicar el impacto ambiental de sus actividades.
- Prevenir el greenwashing: evitar que las empresas se presenten como más sostenibles de lo que realmente son.
- Contribuir a los objetivos climáticos: impulsar la transición hacia una economía baja en carbono y resiliente al cambio climático.
Áreas de actuación de la Taxonomía verde de la UE
La Taxonomía de la UE se estructura en torno a seis objetivos medioambientales:
- Mitigación del cambio climático: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Adaptación al cambio climático: aumentar la resiliencia a los impactos del cambio climático.
- Uso sostenible y protección de los recursos hídricos: garantizar la disponibilidad y calidad del agua.
- Transición hacia una economía circular: promover la reutilización y el reciclaje de recursos.
- Prevención y control de la contaminación: reducir la contaminación del aire, el agua y el suelo.
- Protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas: conservar y restaurar los ecosistemas naturales.
Criterios de elegibilidad
Para que una actividad económica se considere sostenible según la Taxonomía verde de la UE, debe cumplir los siguientes criterios:
- Contribuir sustancialmente a uno o más de los seis objetivos medioambientales.
- No causar un perjuicio significativo a ninguno de los otros objetivos.
- Cumplir con las garantías mínimas en materia social y de gobernanza.
Relevancia para la medición de la huella de carbono
La Taxonomía de la UE tiene una relevancia directa en la medición de la huella de carbono, ya que proporciona un marco para identificar las actividades que contribuyen a la mitigación del cambio climático.
Las empresas que buscan reducir su huella de carbono pueden utilizar la Taxonomía como guía para:
- Identificar las actividades que generan mayores emisiones.
- Priorizar las inversiones en tecnologías y procesos más limpios.
- Evaluar el impacto ambiental de sus productos y servicios.
Implicaciones para las empresas
La Taxonomía de la UE tiene importantes implicaciones para las empresas, ya que:
- Influye en el acceso a la financiación: las empresas que desarrollan actividades sostenibles según la Taxonomía tendrán más facilidad para acceder a financiación pública y privada.
- Afecta a la reputación corporativa: las empresas que no se adapten a la Taxonomía podrían ver afectada su reputación y competitividad.
- Impulsa la innovación: la Taxonomía incentiva a las empresas a desarrollar productos y servicios más sostenibles.
La Taxonomía verde de la UE y el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR)
La Taxonomía de la UE está estrechamente relacionada con el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR). Este reglamento obliga a las instituciones financieras a informar sobre la sostenibilidad de sus productos y servicios financieros. La Taxonomía se utiliza como herramienta para determinar si un producto financiero puede considerarse sostenible.
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