El término carbono negativo (o "carbon negative" en inglés) se ha convertido en un concepto clave en la lucha contra el cambio climático.
A medida que las empresas, gobiernos y organizaciones buscan formas de reducir su impacto ambiental, el objetivo de ser "carbono negativo" se posiciona como un paso más allá de la neutralidad de carbono.
Pero, ¿qué significa exactamente ser carbono negativo? ¿Cómo se mide y qué relevancia tiene para la sostenibilidad empresarial?
Ser carbono negativo implica que una organización, producto o proceso no solo compensa la totalidad de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que genera, sino que además elimina más carbono de la atmósfera del que emite. En otras palabras, una entidad carbono negativa no solo logra la neutralidad de carbono, sino que va un paso más allá al contribuir activamente a la reducción de los niveles globales de dióxido de carbono (CO₂).
Este concepto está directamente relacionado con la medición de la huella de carbono, que se refiere al total de emisiones de GEI generadas directa o indirectamente por una actividad.
Para ser carbono negativo, una organización primero debe calcular su huella de carbono con precisión, incluyendo emisiones de Alcance 1 (directas), emisiones de Alcance 2 (energía comprada) y emisiones de Alcance 3 (cadena de valor), de acuerdo con estándares como el Protocolo GHG.
Es importante diferenciar entre los conceptos de neutralidad de carbono y carbono negativo.
Mientras que la neutralidad de carbono se alcanza cuando las emisiones generadas se compensan en su totalidad mediante proyectos de compensación certificados, el carbono negativo implica ir más allá al eliminar más carbono del que se emite.
Por ejemplo, una empresa que logra la neutralidad de carbono puede hacerlo invirtiendo en proyectos de reforestación o energías renovables que compensen sus emisiones. Sin embargo, para ser carbono negativa, esa misma empresa tendría que implementar medidas adicionales, como capturar carbono directamente de la atmósfera mediante tecnologías avanzadas o adoptar prácticas regenerativas que absorban más carbono del que generan sus operaciones.
El objetivo de ser carbono negativo es crucial para abordar la crisis climática. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), limitar el calentamiento global a 1,5 °C requiere no solo reducir las emisiones globales, sino también eliminar grandes cantidades de carbono de la atmósfera. Las empresas carbono negativas desempeñan un papel clave en este esfuerzo, ya que contribuyen activamente a revertir el daño ambiental.
Para alcanzar el estado de carbono negativo, es fundamental medir con precisión las emisiones de carbono y diseñar estrategias efectivas para reducirlas y eliminarlas.
A continuación, se describen los pasos principales que una organización debe seguir para convertirse en carbono negativa:
Existen diversas tecnologías y estrategias que las organizaciones pueden adoptar para eliminar carbono de la atmósfera:
La captura y almacenamiento de carbono es una tecnología que permite capturar el CO₂ emitido por procesos industriales y almacenarlo de forma segura en formaciones geológicas subterráneas.
Aunque esta tecnología aún enfrenta desafíos económicos y técnicos, se considera una herramienta prometedora para alcanzar el estado de carbono negativo.
Las soluciones basadas en la naturaleza, como la reforestación, la restauración de ecosistemas y la agricultura regenerativa, son estrategias efectivas para eliminar carbono de la atmósfera.
Estas prácticas no solo contribuyen a la captura de carbono, sino que también ofrecen beneficios adicionales, como la mejora de la biodiversidad y la protección de recursos hídricos.
El BECCS combina la producción de bioenergía con la captura y almacenamiento de carbono.
Este enfoque permite generar energía renovable mientras se elimina carbono de la atmósfera, lo que lo convierte en una solución atractiva para alcanzar el estado de carbono negativo.
Convertirse en una organización carbono negativa no solo tiene un impacto positivo en el medio ambiente, sino que también ofrece beneficios significativos para las empresas:
Para alcanzar el estado de carbono negativo, las empresas necesitan herramientas avanzadas que les permitan medir, reducir y compensar sus emisiones de manera efectiva.
Manglai ofrece una solución integral que incluye el cálculo de emisiones en tiempo real, planes de reducción personalizados mediante inteligencia artificial y acceso a una red de proyectos de compensación certificables.
Estas funcionalidades permiten a las organizaciones no solo alcanzar la neutralidad de carbono, sino también avanzar hacia un futuro carbono negativo.
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