Adaptación hídrica

La adaptación hídrica es el conjunto de estrategias, infraestructuras y políticas destinadas a reducir la vulnerabilidad de sistemas humanos y naturales frente a la variabilidad y al cambio de los recursos hídricos.

Se enfoca en ajustar oferta y demanda para garantizar la seguridad hídrica bajo escenarios climáticos cada vez más extremos.

Categorías de medidas

• Oferta: desalinización renovable → +300 hm³/año en Levante.
• Demanda: agricultura de precisión → −30 % de extracción.
• Natural: restauración de humedales → +10 % de recarga de acuíferos.
• Institucional: planes de sequía → Respuesta anticipada −50 % de pérdidas económicas.

Ciclo de adaptación

1. Evaluación de riesgo: análisis de déficit hídrico y vulnerabilidad.
2. Planificación: proyección con escenarios climáticos CMIP6.
3. Implementación: combinación de soluciones grises y verdes.
4. Monitoreo: seguimiento con indicadores AWARE y estrés hídrico.
5. Revisión: ajuste adaptativo cada 5 años.

Indicadores de éxito (meta 2030)

• Reducción de déficit: −25 %.
• Cobertura de seguros hídricos: 80 % de la superficie agrícola vulnerable.
• Caudal ecológico mantenido: 100 % de las masas de agua.

Sinergias con neutralidad y seguridad hídrica

Una adaptación hídrica robusta facilita alcanzar la neutralidad hídrica corporativa y mejora el Índice de Seguridad Hídrica Nacional.

Invertir en adaptación hídrica ofrece un retorno de 4:1 y es indispensable para cumplir el ODS 6 en un mundo 1,5 °C más cálido.