Cadena de suministro baja en carbono

Una cadena de suministro baja en carbono es aquella que gestiona y reduce de forma estratégica las emisiones de GEI generadas en cada eslabón, desde materias primas hasta la entrega al cliente y el reciclaje, con el propósito de minimizar el impacto climático total del producto o servicio.

Componentes clave

1. Transparencia de datos: inventarios de Alcance 3 detallados y compartidos.
2. Descarbonización de proveedores: programas de formación, targets SBTi y auditorías.
3. Logística sostenible: optimización de rutas, combustibles alternativos y transporte multimodal.
4. Diseño circular: menos materiales vírgenes y mayor reciclabilidad.
5. Finanzas verdes: bonos de sostenibilidad y contratos con precios ligados a emisiones.

Estrategias de implementación

• Supplier Engagement: integrar criterios de carbono en RFP y contratos.
• Herramientas digitales: plataformas de trazabilidad blockchain, IoT y big data.
• Compra de energía renovable: PPA virtuales para fábricas y centros logísticos.
• Modelo nearshoring: reducir distancias y riesgos geopolíticos.

Normas y marcos

• ISO 14064-1 y GHG Protocol Scope 3 Standard.
• CDP Supply Chain: plataforma líder de divulgación.
• ISO 20400 compras sostenibles.

Beneficios

• Resiliencia ante normativas (CBAM, impuestos al carbono).
• Reducción de costes por eficiencia energética y material.
• Reputación y acceso a mercado: clientes B2B exigen huellas bajas.

Desafíos

• Complejidad y fragmentación de proveedores globales.
• Falta de capacidades técnicas en pymes.
• Inversión inicial para cambiar procesos y equipamientos.

Transformar la cadena de suministro hacia un modelo bajo en carbono es esencial para lograr objetivos net‑zero, mitigar riesgos y mantener la competitividad en un mercado en rápida transición climática.