El efecto invernadero es un fenómeno natural que permite la vida en la Tierra tal como la conocemos. Sin embargo, las actividades humanas han intensificado este efecto, provocando un calentamiento global acelerado y cambios drásticos en el clima. Comprender el efecto invernadero es crucial para abordar el cambio climático y tomar medidas para mitigar nuestro impacto en el planeta.
Imaginemos la atmósfera terrestre como un invernadero de cristal. La energía solar atraviesa la atmósfera en forma de luz visible, calentando la superficie terrestre. La Tierra, a su vez, emite parte de esta energía en forma de radiación infrarroja.
Aquí entran en juego los gases de efecto invernadero (GEI), presentes de forma natural en la atmósfera. Estos gases, como el dióxido de carbono (CO₂), el metano (CH₄) y el óxido nitroso (N₂O), tienen la capacidad de absorber y retener parte de la radiación infrarroja emitida por la Tierra, impidiendo que escape al espacio exterior.
Este proceso de absorción y reemisión de calor hacia la superficie terrestre es lo que se conoce como efecto invernadero.
Los principales gases de efecto invernadero son:
Desde la Revolución Industrial, las actividades humanas han aumentado significativamente la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. La quema de combustibles fósiles, la deforestación y la agricultura intensiva son las principales responsables de este incremento.
Esta mayor concentración de GEI intensifica el efecto invernadero natural, provocando un aumento de la temperatura global.
Este calentamiento global tiene consecuencias significativas en el clima, como:
Para abordar el cambio climático, es fundamental reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La huella de carbono es una herramienta que nos permite medir las emisiones asociadas a un producto, servicio, organización o individuo. Esta medición es el primer paso para identificar las principales fuentes de emisiones y establecer estrategias de reducción efectivas.
El Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHG Protocol, por sus siglas en inglés) proporciona un estándar internacional para la contabilidad y reporte de emisiones de GEI.
Este protocolo establece tres alcances para la medición de la huella de carbono:
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