La logística inversa es el proceso mediante el cual los productos, materiales o residuos regresan desde el consumidor final hasta el fabricante o gestor, con el fin de ser reutilizados, reciclados, valorizados o eliminados de forma controlada.
A diferencia de la logística tradicional, que fluye en dirección directa desde productor a consumidor, la logística inversa sigue el camino contrario, cerrando ciclos de materiales y facilitando la transición hacia una economía circular.
Existen diversas definiciones, pero de manera general se entiende por logística inversa:
“El conjunto de actividades necesarias para gestionar el retorno de productos y materiales desde su punto de consumo hasta su punto de origen o un destino de valorización, con el fin de recuperar valor o asegurar una correcta gestión.”
Se aplica tanto a residuos de envases, aparatos eléctricos y electrónicos, baterías y aceites usados, como a productos comerciales que requieren devolución, reacondicionamiento o reciclaje.
La logística inversa puede clasificarse según su finalidad:
Recogida y gestión de residuos peligrosos y no peligrosos.
Productos defectuosos, obsoletos o no vendidos que retornan al fabricante.
Recolección de productos usados para reparación y segunda vida.
Recuperación de materias primas reciclables.
La logística inversa está impulsada por varias directivas europeas y su transposición en España:
Estas normas introducen la responsabilidad ampliada del productor (RAP), que obliga a fabricantes e importadores a organizar y financiar sistemas de recogida y tratamiento de los productos que ponen en el mercado.
La logística inversa es una pieza clave en el modelo de economía circular:
En España, la Estrategia de Economía Circular 2030 reconoce la logística inversa como instrumento prioritario para alcanzar sus objetivos de reducción de residuos y emisiones.
La logística inversa ha dejado de ser una opción voluntaria para convertirse en una exigencia normativa y competitiva. Permite a las empresas recuperar materiales, ahorrar costes y mejorar su imagen, al tiempo que contribuye a los objetivos de sostenibilidad.
España cuenta ya con experiencias consolidadas en sectores como el gran consumo, el transporte y los sistemas de responsabilidad ampliada del productor. Sin embargo, el reto está en ampliar su alcance a todos los sectores productivos, reducir costes mediante innovación tecnológica y concienciar a consumidores y empresas.
En definitiva, la logística inversa es una palanca estratégica para la economía circular, que conecta la sostenibilidad con la eficiencia empresarial y la responsabilidad social.
Empresas que confían en nosotros
Cradle‑to‑Cradle (C2C) es un marco de diseño circular propuesto por el arquitecto William McDonough y el químico Michael Braungart a finales de los años 90.
Cradle‑to‑Gate (C2G) abarca todas las etapas comprendidas entre la extracción y el procesado de materias primas y la salida del producto acabado por la puerta de fábrica.
Cradle-to-Grave (C2G) es el enfoque más exhaustivo de Análisis de Ciclo de Vida (ACV) conforme a la ISO 14044.
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