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Reducción de emisiones
Paula Otero
Consultora en medio ambiente y sostenibilidad
La descarbonización corporativa ha dejado de ser una opción estratégica para convertirse en un requisito regulatorio y reputacional.
Desde 2024, más de 4.000 compañías globales han comprometido objetivos validados por la Science Based Targets initiative (SBTi), un estándar que exige rigor metodológico, transparencia y alineación con una trayectoria de mitigación compatible con el límite de 1,5 ºC del Acuerdo de París.
En Europa, el impulso regulatorio (CSRD, Taxonomía Verde y directrices del EFRAG) está provocando que empresas de todos los sectores deban establecer objetivos de reducción robustos, auditables y basados en ciencia. En este contexto, SBTi se ha consolidado como el marco más sólido para definir metas de descarbonización creíbles y verificables.
A lo largo de este artículo presentamos una guía práctica, orientada a empresas españolas para comprender qué es SBTi, cómo funciona su metodología, cómo calcular objetivos alineados con ciencia y cómo acelerar el cumplimiento mediante datos de huella de carbono de alta calidad.
Science Based Targets initiative (SBTi) es el marco internacional que verifica si las metas de reducción de emisiones de una empresa se alinean con las trayectorias científicas necesarias para limitar el calentamiento global a 1,5 ºC.
SBTi asegura que los objetivos corporativos no son arbitrarios, sino coherentes con los modelos climáticos del IPCC y con las herramientas de asignación sectorial desarrolladas por el International Energy Agency (IEA). Este marco permite comparar empresas, garantizar credibilidad regulatoria y demostrar contribuciones reales a la descarbonización global.
La SBTi se ha consolidado como el estándar dominante porque ofrece el único marco capaz de traducir las ambiciones climáticas en objetivos cuantificables, auditables y directamente alineados con la ciencia del IPCC.
Mientras muchos compromisos corporativos siguen siendo genéricos o voluntarios, los objetivos basados en la ciencia eliminan la ambigüedad y establecen un ritmo de reducción coherente con el límite de 1,5 °C. Esta precisión metodológica, combinada con la presión regulatoria de la CSRD y la preferencia explícita de inversores y auditores por metas verificadas, ha convertido a SBTi en la referencia global para demostrar descarbonización real, no narrativa.
Además, SBTi ofrece un lenguaje común que facilita el diálogo entre reguladores, empresas y stakeholders, reduciendo incertidumbre estratégica en sectores intensivos en carbono como energía, industria pesada o transporte.
La metodología SBTi se basa en un proceso estandarizado que traduce la huella de carbono de una empresa en objetivos de reducción alineados con la ciencia climática. Su funcionamiento combina medición rigurosa, modelos de mitigación reconocidos y una validación externa que garantiza credibilidad y coherencia con el escenario de 1,5 °C.
A continuación, te contamos cómo funciona la metodología SBTi paso a paso:
El proceso SBTi empieza con un inventario completo de emisiones siguiendo GHG Protocol. Incluye las emisiones directas del alcance 1, las indirectas por electricidad del alcance 2 y todas las emisiones de la cadena de valor del alcance 3. La precisión de este cálculo es esencial porque determina la solidez de los objetivos posteriores.
Con la huella definida, la empresa aplica las trayectorias científicas del IPCC y la IEA. Estas curvas determinan el ritmo exacto de reducción necesario según el sector, evitando metas arbitrarias y alineando la estrategia corporativa con el escenario de 1,5 °C.
A partir de esas trayectorias, la empresa fija dos niveles de compromiso en línea con SBTi:
Metas de reducción antes de 2030 que garantizan acción inmediata y progresos verificables.
Objetivos para llegar a emisiones netas cero en 2050, centrados en reducciones reales y con compensaciones solo para emisiones residuales.
Finalmente, SBTi revisa los cálculos y la coherencia de los objetivos. La aprobación externa aporta credibilidad regulatoria y demuestra que las metas están alineadas con la ciencia.
SBTi establece criterios obligatorios que las empresas deben cumplir sin excepción. Estos requisitos garantizan que los objetivos sean medibles, coherentes con la ciencia climática y capaces de demostrar una reducción real de emisiones.
Además, actúan como un filtro metodológico que evita compromisos poco rigurosos y asegura que cada meta esté respaldada por datos verificables y trayectorias sólidas.
Los más relevantes son:
Todas las empresas deben reducir sus emisiones absolutas en un mínimo del 4,2 % anual, hecho que equivale a una reducción acumulada del 42 % en 10 años.
Cuando el alcance 3 representa más del 40 % de la huella total, es obligatorio fijar objetivos específicos sobre la cadena de valor.
Dado que múltiples sectores (moda, alimentación, logística y tecnología) presentan más del 90 % de sus emisiones en el alcance 3, esta norma implica que prácticamente todas las compañías deben cuantificar y gestionar su cadena de suministro.
Si tu empresa aún no tiene un sistema fiable para calcular alcance 3, te recomendamos leer nuestra guía: IA en el cálculo de alcance 3: cómo superar la barrera de los datos de proveedores.
Todas las compañías deben definir near-term targets con horizonte de 2030.
Las organizaciones que aspiren a comunicar neutralidad climática deben validar también objetivos a largo plazo compatibles con el año 2050.
Adoptar objetivos basados en la ciencia no solo fortalece la estrategia climática de una empresa, sino que también genera ventajas regulatorias, financieras y reputacionales medibles.
SBTi actúa como un acelerador de competitividad, ya que transforma la descarbonización en un factor tangible de reducción de riesgos, eficiencia operativa y creación de valor corporativo.
A continuación, vamos a exponer los beneficios más destacados:
Las empresas con objetivos SBTi alinean automáticamente sus trayectorias de reducción con los requisitos de transparencia y mitigación exigidos por la CSRD y la Taxonomía Europea, hecho que simplifica auditorías y reduce el riesgo de no conformidades.
Los bancos y fondos incluyen SBTi como criterio de elegibilidad porque proporciona una base metodológica verificable. Las organizaciones con metas validadas suelen acceder a condiciones más favorables e incentivos asociados a su desempeño climático.
La validación externa de SBTi elimina ambigüedad en los compromisos climáticos y aporta credibilidad ante consumidores, medios e inversores, disminuyendo significativamente la exposición a acusaciones de greenwashing.
El cumplimiento de SBTi exige medidas estructurales como eficiencia energética, electrificación y renovables, y estas actuaciones generan ahorros directos que fortalecen la competitividad a corto plazo.
Al estar alineadas con la ciencia, las empresas proyectan una reputación más sólida y fiable, lo que mejora la percepción de marca y refuerza la preferencia del consumidor.
Los grandes fondos consideran SBTi la referencia para evaluar la madurez climática de una compañía. Tener objetivos validados facilita el acceso a capital y reduce la incertidumbre estratégica entre accionistas.
Establecer objetivos SBTi requiere seguir un proceso estructurado que garantiza rigor científico y coherencia con el escenario de 1,5 °C. Cada fase, desde el cálculo de la huella hasta la validación final, define la solidez del compromiso climático.
Estos son los pasos que toda empresa debe seguir para fijar metas alineadas con la ciencia:
Definir objetivos SBTi exige precisión metodológica y una interpretación correcta de los criterios oficiales. Sin embargo, muchas empresas cometen errores recurrentes que pueden retrasar la validación o comprometer la credibilidad de sus compromisos climáticos. Identificar estos fallos desde el inicio permite evitar desviaciones y asegurar que las metas estén sólidamente fundamentadas.
Estos son los errores más comunes a la hora de plantear objetivos SBTi:
El 76 % de las empresas que no son validadas fallan en este punto.
Genera inconsistencias y retrasa la validación en un promedio de 2,5 meses.
Las metas deben reflejarse en presupuestos, inversiones y planificación de CAPEX.
SBTi rechaza objetivos genéricos sin cálculos matemáticos detallados.
Las empresas que adoptan objetivos basados en ciencia antes que sus competidores experimentan beneficios medibles en acceso a financiación, reputación, reducción de costes, atractivo para talento joven, así como solidez regulatoria.
La ventana para actuar es estrecha: en 2030 el 92 % de los grandes grupos europeos tendrán objetivos validados. Las empresas que no entren en esta dinámica competirán en un mercado más exigente, con mayor presión regulatoria y con clientes e inversores cada vez más rigurosos.
Si quieres acompañamiento en el cálculo de tu huella de carbono o en el diseño de tus objetivos SBTi, Manglai pone a tu disposición herramientas alineadas con GHG Protocol y la Taxonomía Europea.
No es obligatorio legalmente, pero las empresas sujetas a CSRD deben demostrar metas basadas en ciencia, ya que SBTi es el método más fiable y reconocido.
Solo en objetivos net-zero y para compensar emisiones residuales, con un límite aproximado del 10 %.
Entre 4.000 € y 15.000 €, según tamaño y complejidad.
No, ya que la validación se realiza una vez, pero la empresa debe reportar progresos anualmente.
Las empresas deben justificar desviaciones y pueden ser eliminadas de la lista oficial de SBTi.
Paula Otero
Consultora en medio ambiente y sostenibilidad
Sobre el autor
Bióloga por la Universidad de Santiago de Compostela con máster en Gestión y Conservación del Medio Natural de la Universidad de Cádiz.
Tras colaborar en estudios universitarios y trabajar como consultora ambiental, ahora aplico mi experiencia en Manglai. Me especializo en dirigir proyectos de sostenibilidad enfocados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible para empresas. Asesoro a clientes en medición y reducción de huella de carbono, contribuyo al desarrollo de nuestra plataforma y realizo formaciones internas. Mi experiencia combina rigor científico con aplicabilidad práctica en el ámbito empresarial.
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